En general, en estas fechas somos fieles seguidores del Carpe Diem. Disfrutar cada segundo como si fuera el último, gozar del día a día.
Lamentablemente se ve supra-entendido y la palabra nos llama solo a juerga y fiestas. Y olvidamos el sentido que engrandece el concepto, el poder ver a nuestro alrededor y valorar cada cosa que nos ofrece el entorno. Disfrutar y compartir con aquellas personas que nos acompañan en el día tras día. Reconocer en cada persona lo que nos aporta y guardarlo con valor.
El carpe diem nos invita de la misma forma a estar presente en el momento, estar concentrado y darse cuenta de las probabilidades en todo minuto. Esto es importante, no subestimar las posibilidades.
A pesar de que las personas que se encuentren entrenando con nosotros tengan gran experiencia o nivel, siempre debemos estar atentos. Los accidentes existen y no por tener un buen nivel no les pasara nada. Claramente las posibilidades se reducen, pero siguen existiendo.
Creanme…no quieren cargar con un sentimiento de “pude haber hecho algo…”
Estar presente cada segundo, atentos a nuestro cuerpo y a los movimientos de nuestros compañeros. Quizás podamos tomarlo como una misión, cuidarnos y cuidar a quienes nos rodean. ¿Para algo nos estamos volviendo fuertes y ágiles, no?
- Saludos, Vato
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